jueves, 2 de febrero de 2012

Napoleón Bonaparte

Napoleón Buonaparte (posteriormente Bonaparte durante su traslado a Francia) nace en agosto de 1769 en Ajaccio, capital de la isla de Córcega, procedente de una familia noble, pero no rica. Napoleón forjó su personalidad ya desde la niñez: de pequeño su familia enseñó a Napoleón que el honor era más importante que el dinero, que la fidelidad era más importante que la autocomplacencia y que el valor era más importante que cualquier otra cosa en el mundo. Napoleón fue un niño enérgico, curioso, con afán ganador y de heroísmo (llegó a decir que de mayor quería ser como Paoli), y algo rebelde. Sus estudios elementales los hizo en una escuela de monjas, aunque nunca se consideró un ferviente creyente. Por su carácter, su familia barajó que el mejor destino de Napoleón estaba en la Academia Militar de Brienne, en la que ingresó a los 9 años de edad. La Academia estaba en Francia, lo que suponía para Napoleón abandonar la isla y a su familia. Un año antes de nacer Napoleón, Córcega había sido cedida a Francia por parte de la República Genovesa, que había controlado la isla hasta el momento y había ofuscado una rebelión de independencia de la isla gracias a la ayuda francesa. Por esta razón, a Napoleón no le había dado tiempo experimentar resentimiento por los franceses y, al contrario, durante su estancia en la Academia Militar, aprendió a tener fe en Francia gracias a la asignatura de Historia (donde se exaltaban las victorias francesas y se obviaban las derrotas), e incluso siendo ya adulto, afirmó que, a pesar de haber nacido en Córcega, él era francés. Llegó a destacar en Matemáticas, Geografía y Esgrima, en tanto que tuvo grandes dificultades para aprender el francés, que lo escribía fonéticamente y lo hablaba con un evidente acento italiano.

Napoleón ascendió muy rápidamente en su carrera militar: a los 16 años, había llegado a ser oficial del regimiento de La Fère y no pasó mucho tiempo hasta que fuera nombrado teniente. Durante estos años, Napoleón descubre el placer de la lectura y se impregna de la filosofía de La República de Platón, de Voltaire, de Rousseu, y de Confucio. A través de la lectura, Napoleón vio la necesidad de una reforma de la monarquía y de la constitución. Cuando estalló la Revolución Francesa en 1789, Napoleón simpatizó con sus ideales (de hecho, él mismo se reconoció como un “hijo de la revolución”), especialmente con el de la soberanía nacional. Durante el sitio de la ciudad de Tolón en 1793, una de las muchas batallas que enfrentó a revolucionarios contra los realistas que apoyaban a Luis XVII como nuevo rey, Napoleón demostró ser un gran estratega con capacidad de decisión rápida, buen criterio y audacia; la victoria de Tolón supuso para Napoleón su ascenso a brigadier general y un aumento de su prestigio como militar. El 26 de octubre de 1795, comienza el gobierno del Directorio en el que a Napoleón se le concedió el mando del Ejército del Interior.

Un año después se inicia la campaña de Italia, una guerra que enfrentó a los revolucionarios franceses contra el emperador Francisco II de Austria y Víctor Amadeo III de Piamonte. En esta campaña hubo algunos aspectos de la personalidad de Napoleón que le ayudaron a cosechar, no sólo éste, sino varios triunfos: el hecho de que el ejército de Napoleón, que disponía de un número menor de soldados, ganara a los ejércitos piamontés y austríaco, se debió a la forma de llevar a cabo la estrategia en la batalla, que no fue más que la proyección de lo que Napoleón tenía en mente. Era un gran topógrafo, legado de su estancia en Córcega, y su forma de pensar era rápida, ágil y brillante, lo que contribuyó a adaptarse bien al terreno montañoso del norte de Italia. La victoria de Napoleón consiguió para Francia los territorios del norte de Italia, los Países Bajos, el área del Rín y las islas Jónicas.

En 1798, el único enemigo que le quedaba a Francia era Inglaterra. Napoleón reflexionó acerca de cómo podía llevar a cabo una campaña contra Inglaterra y decidió atacar donde más podía dolerle: Egipto. Esta inteligente decisión expone la forma de pensar de Napoleón, sería una locura atacar Inglaterra, una isla aislada del continente con una flota casi invencible; Napoleón optó por la solución más acertada. La intención era liberar a Egipto del dominio de los mamelucos e instalar allí un gobierno francés, que cortara la ruta comercial entre Inglaterra y la India. A los 4 meses, Napoleón y su ejército ya habían ocupado Egipto, pero Turquía, presionada por Inglaterra le declaró la guerra a Francia y el ejército francés sucumbió en manos de los ingleses y los turcos. Cuando Napoleón volvió a Francia, se encontró con un gobierno deteriorado: desempleo, inflación, corrupción… incluso el pueblo francés barajó la posibilidad de que volviera la monarquía. Esta situación hizo que Napoleón se dedicara a la política y decidiera hacerse cargo del gobierno. El Directorio ya no era fiable y Napoleón planeó un golpe de Estado y establecer un gobierno provisional. El 18 de brumario de 1799, Napoleón toma con el apoyo del ejército el Palacio de las Tullerías, donde residía el poder del Directorio. Inmediatamente, se estableció un Consulado en el que la estructura del ejecutivo se repartiría entre tres cónsules con el mismo poder, y se redactó un nuevo texto constitucional en el que intervendría el propio Napoleón y que llevaría por nombre Constitución del Año VIII. Cuando Napoleón asumió el mando como primer cónsul, Francia estaba en la ruina: el Tesoro sólo disponía de 167.000 francos en efectivos, y el Estado se había endeudado por valor de 474 millones. Napoleón consiguió salvar la situación recaudando fondos y controlando minuciosamente el gasto de sus ministerios, también creó el Banco de Francia.

No obstante, pronto aparecieron conspiraciones de asesinato contra Napoleón en un contexto de guerra contra Inglaterra. Las personalidades cercanas a Napoleón no tardaron en nombrarle cónsul vitalicio y, más tarde, magistrado de la República de por vida, ya que se había concebido la idea de que si caía Napoleón, caería la República. En 1802, Bonneville Ayral publica Mi opinión acerca de la recompensa debida a Bonaparte donde consideraba oportuno designar a Napoleón primer emperador de los franceses. Al pueblo francés no le pareció mala idea convertir en emperador a quien consideraba un héroe, y Napoleón no veía ninguna contradicción entre los conceptos de república e imperio; además nombrar a Napoleón emperador sería “un medio seguro de consolidar la paz y la tranquilidad de Francia”. Por lo tanto, es un error considerar que Napoleón se autoproclamó emperador por orgullo y por soberbia; al contrario, lo hizo para “evitar disputas entre dignatarios acerca de quién entregaría la corona”. Para 1811, el Imperio Francés tenía bajo su control a media Europa; las conquistas que había realizado Napoleón, se las había repartido entre sus hermanos. En cierto modo, Napoleón fue el primero que concibió la idea de una Europa unida, y fue el precursor de las unificaciones de Alemania e Italia. Pero el imperio no llegaría a sostenerse: la guerra de España y la campaña de Rusia fueron el principio de la decadencia.

Aparte de todo lo expuesto sobre Napoleón, también tenía fama de buen amante: antes de casarse con Josefina, había cortejado a varias mujeres. Se decía de él que era un hombre apuesto y que tenía una cara expresiva y carismática. No era una persona alta: medía 1.66 metros, pero tampoco era más bajo que el resto de los franceses. De pequeño, había tenido un problema endocrino que afectó al crecimiento de sus miembros. Su espalda era ancha y los miembros estaban bien formados, pero no eran especialmente musculosos. También se dice que fue un hombre locuaz: consiguió deshacerse del acento italiano y aprendió a hablar un correcto francés. Con cualidades de jefe militar, político y diplomático cosechó grandes triunfos y grandes derrotas.

Tomado de: Cronin, Vincente (2003): Napoleón Bonaparte: una biografía íntima, Ediciones B.

2 comentarios:

  1. por que se comportaba napoleon bonaparte de una manera agresivo o por que causo tanto daño?

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    1. No lo sé: igual tenía tantas ansias de poder que le cegaron.

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